lunes, 7 de noviembre de 2011

Desvariando (o como intentar poner orden en esta cabeza).





He vuelto cargada de colores.
De azules, naranjas y rosáceos...
Lo que da un atardecer.
He vuelto con una sensación de estar cubierta de abrazos, de risas y de sonrisas. 
De buenas intenciones de liberarme de ti. De tu no presencia.

De la inocencia que dan esas pequeñas que están emocionadas por mi estancia en su casa. 
Esa inocencia que va desapareciendo y que va haciendo sitio a las "comidas de tarro". 



¿Que sería de nosotras con una vida normal, monótona y aburrida? 
¿Amigas sin sus idas y venidas de coco?
Uhm... Tengo mis dudas.
Aunque estaríamos muy bien en una isla desierta (Con conexión a internet, por supuesto...), con charlitas de viva-voce y las correspondientes "broncas" que da el "derecho a petarda"...




Ahora si me sentaría en la arena, con la cabeza apoyada en mis brazos y me perdería en el horizonte. Con el ruido de las olas de fondo...

Volvería. Después de perderme.

He vuelto con ganar de huir.
Siento que aquí no me retiene nada.
Voy haciendo por sacarte de mi.
Por encontrarte lo malo, digo yo que algo habrá. 
Lástima que no sea el momento. 

Da igual donde fuera, solo sé que habría mar.








P.D. Si este blog llega a ser best seller se llamará... ¿"Mi malestar... tú!"? No. Creo que no. No podría. Te sigo teniendo cariño. Creo que siempre lo tendré.






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