sábado, 12 de noviembre de 2011

Tarde de otoño



Mandarte ese mensaje fue el comienzo...



Recapitulemos...


Le conocí hace meses a través de una red social. No hemos hablado demasiado, solo en alguna ocasión.

"B" vive a media hora de mi lugar favorito para ir de vacaciones. Y hace unas semanas estuve allí. Instalada en casa de mi mejor amiga. Amiga de la infancia. Y aunque hemos estado muchos años sin saber nada de nuestras vidas, desde hace unos dos años, tenemos contacto casi a diario. (Por cierto amiga, hoy no estás....)


Le envié mensaje a "B" ese domingo. Ya llevaba yo una semana por Levante. 


B- ¿Que tal el día?


Y- Bien. Día de relax.


B- Por cierto, ¿Eres timidita?


Y- ¿Por?


B- No es que tenga prisa o sea un borde pero me gustan las cosas claras y directas... ¿Te atreves a ser clarita y directa conmigo?


Y- Pues claro que si.


B- ¿Te atreverías a serlo hoy?


Y- ¿Quieres que nos veamos?


B- Si. Quiero que nos veamos... Que nos miremos... y si nos gusta lo que vemos...nos sintamos libres para llegar al final.



B-  ¿Quieres un plan bien chulo y bien morboso? 


Y- Si.


B- Yo voy a buscarte y nos vamos a  una calita que conozco. No hay gente y puedes tomar el sol y bañarte...



Esa fue parte de nuestra conversación... 



Vino a recogerme tal y como hablamos. Fuimos a una cala que no estaba muy lejos de donde yo me encontraba. Aparcó el coche y nos dirigimos hacia la calita que me había dicho. Subimos por las rocas hasta llegar a unas grandes y "planas" (rocas planas...ja!) . 



Pusimos las toallas y nos sentamos. Yo a su derecha. Estuvimos tomando el sol un rato. Los últimos rayos de sol. Los que nos dieron un precioso atardecer.

Nos encendimos un cigarro y  el me dijo que le cambiara el sitio, que me iba a poner perdida de ceniza. 


Me puse delante de él para cambiar de lado... Allí me quedé. No me dejó continuar con el cambio. 


Empezó a acariciarme...


Se dedicó a mí. Mucho tiempo. Tuvo que frenarme...No recuerdo haber sentido algo igual. Debió ser la mezcla de la persona y el lugar. Sin olvidar el morbo de esas rocas, con el sonido de las olas rompiendo contra ellas y los rayos de sol que estaban cerrando la tarde.


Que puedo decir de esa tarde... Bonito lugar, mejor compañía e inolvidable domingo.




¿Olvidaré mi última tarde de playa? 



Noooooo!!!!!













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